Al amor de mi vida que está en el cielo: te prometo un amor eterno

No olvides que te amé como nunca amé a nadie y que esta fuerza que alguna vez nos unió, nos volverá a encontrar en una mejor vida

La verdad es que la vida está hecha para vivirla y no para sobrevivir. Vivir plenamente depende de nosotros. Decir «te amo» si de verdad lo sentimos sin pensar en mañana, perdonar, pedir perdón si es necesario y siempre entregar lo mejor de nosotros con mucho mucho amor.

Y es con esta reflexión dedicamos esto a todas las personas que han perdido al ser amado:

Adiós, mi amor, mi todo. Sé que no me pude despedir de ti, la vida se te fue temprano y sin avisar, pero debo aceptar que ya no estás y que mi vida debe continuar.

El dolor está en mi alma y será un sentimiento que llevaré el resto de mis días al mirar a mi lado y saber que ya no estás. Buscaré por siempre tu mirada entre la gente, aunque sé que no encontraré nada. Necesitaré de tu mano muchas veces para levantarme y volver a caminar. Recordaré el sonido de tu voz diciéndome que me amas como antes lo hacías, recordaré siempre… siempre con una sonrisa el poder de tu mirada, mirada que me hacía sentir paz. Guardaré cada recuerdo que queda de ti cuidadosamente y lo conservaré como mi más grandes tesoro.

Sé que ya no estás y aunque cuesta aceptar que esto no es un sueño, podré sentir tu amor en cada recuerdo grabado en mi mente, cada momento de tu vida que me regalaste. No me despido de ti para siempre porque sé que cuando llegue el momento de verte de nuevo, tomaré tu mano, sonreiré como lo hacía antes al mirar tus hermosos ojos y sellaremos con un beso este amor eterno.

Con lágrimas saliendo de mis ojos me cuesta aceptar que te has ido, pero debo contarte que has cumplido tu misión conmigo, me has enseñado el amor, la felicidad y el verdadero perdón, has hecho de mí una mejor persona y te doy gracias por haber existido, aunque ahora sólo existirás en mi memoria y en mi corazón.

Mi mente siempre estará contigo y sé que cada vez que sienta el viento acariciando mi rostro, serás tú, y ahí estarás siempre para protegerme. Nunca olvides que te amé como nunca amé a nadie y que esta fuerza que alguna vez nos unió, nos volverá a encontrar en una mejor vida.

Sé que la manera en que nos tocó despedirnos no fue la mejor y ahora te dedico estas palabras de amor, con mucha tristeza pero sintiendo paz porque cuidarás ahora de mí desde el cielo, mi ángel serás. Estoy feliz porque sé que ahora te toca descansar y todo lo que me queda es la tranquilidad de saber que di todo de mí y te amé cada segundo de mi vida con locura y con mucha pasión.

Y así será por el resto de mis días.Adiós mi amor, mi vida, mi fuerza… adiós amor de mi vida.

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